En cuestión de amor, primero tú

01.07.2014 23:15

 

¿Tu también creciste escuchando aquéllo de "primero los demás y luego tú"? Ó ¿hiciste tuya la creencia de lo beneficioso que es "dar todo, incluso la vida, por otros"? 

 

Es cierto que la vida tiene más sentido cuando compartes lo que eres y tienes con los demás. De hecho, estoy segura de que en un futuro muy próximo únicamente sobrevivirán aquellos empleos que ofrezcan soluciones a problemas sociales y ayuda o asistencia a las personas.

 

Sin embargo, durante una cena que celebré ayer con mis compañeras de yoga, una de ellas recordó algo muy lógico, sencillo y poderoso: sólo puedes ofrecer ayuda cuando tú estás sano y fuerte. De hecho, ella ilustraba esta reflexión con un ejemplo concreto: cuando volamos en avión, todas las aerolíneas, al explicar las instrucciones del chaleco salvavidas y la mascarilla, aconsejan que, si viajamos con niños, primero se coloque el chaleco y la mascarilla el adulto y, posteriormente, se lo pongamos a nuestro hijo. ¡Qué ejemplo tan poderoso y cierto para poder comprender que sólo podremos salvarle la vida a alguien (ó ayudar, colaborar, transmitir algo positivo, crear algo con los demás) si estamos vivos nosotros, si existe vida en nuestro espíritu!

 

Únicamente podremos transmitir amor si en nosotros vive el amor. Únicamente seremos capaces de animar a alguien que está pasando un mal momento si nosotros estamos animados con nuestra vida. Sólo si nuestra fuente interior está llena podremos llenar a los que están a nuestro alrededor. De esta manera, entenderemos el verdadero significado que tiene el  "regalarse a uno" momentos de placer y bienestar. 

 

Si llevas tiempo pensando que te sentaría muy bien ir a pasear al campo, al parque o a la playa, hazlo. Si te apetece sentarte en una terraza a leer tu libro preferido o te sentirías más feliz apuntándote a clases de pintura o canto, ¿a qué estás esperando? De hecho, todos los grandes sabios del amor y la colaboración humanitaria en nuestra sociedad conocen esta regla universal y la ponen en práctica. Por ejemplo, Teresa de Calcuta, todos los días se regalaba momentos en soledad para meditar, para llenarse de energía interna y, de esta forma, poder ayudar a los demás. 

 

Desecha de una vez por todas la falsa idea de que te convertirás en una persona egoísta si haces cosas por y para tí, pues no hay mejor forma de ayudar a esta sociedad que ayudarse a uno mismo y cuidarse interiormente.

 

 Watercolour made by "Bernadette"

https://artbybernadette.blogspot.com.es/2013/01/holding-hands.html

 

 

 

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