Cómo descansar mejor (1)

26.07.2014 20:25

 

¿Te has levantado algún día con la sensación de no haber pegado ojo en toda la noche? Qué raro, si me acosté pronto ayer para poder descansar más de lo habitual...y sin embargo estoy más cansado, si cabe, que cuando me fui a la cama...

 

Esta sensación incómoda que muchos hemos experimentado se debe, en gran parte, a que somos mucho más que cuerpo físico y decisiones mentales. Ésa sólo es la puntita del iceberg, lo que somos capaces de ver. Por eso, aunque le enviemos la orden a nuestro cerebro de “quiero dormir, venga, vamos a dormir ya, con lo cansado que estoy, qué pasa, por qué no estoy dormido aún...será complicado descansar plácidamente sin haber tomado conciencia de lo que hay en la base de nuestro iceberg vital.

 

Watercolour made by Mike Boston - Iceberg

 

Más allá de lo que nosotros queremos (que en este caso es dormir bien) está nuestro mundo interior, nuestra experiencia energética, nuestras emociones, nuestros pensamientos inconscientes; que no entienden de órdenes y no se rigen por un reloj ni por un calendario para medir el tiempo.

Creo que si nos vamos a la cama sin haber atendido a esta parte fundamental de nosotros, poco a poco se irá revelando con más fuerza para llamar nuestra atención, hasta que por fin le prestemos la atención merecida.

 

¿Y cómo tomo consciencia de mi mundo interior y de todas esas vivencias diarias que suceden a nivel inconsciente?

En éste y próximos posts iré facilitándote herramientas que pueden ayudarte a hacer consciente lo inconsciente con la finalidad de descansar mejor y, por lo tanto, de vivir tu día a día con más energía y alegría.

 

Primera herramienta: Permitir que emerja nuestro “yo inconsciente” y comenzar a dialogar con él.

 

a) En una posición cómoda (puede ser acostado en la cama), deja los brazos estirados a los lados de tu cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba. Cierra los ojos suavemente y haz 3 respiraciones conscientes con el abdómen (inflando y desinflando al inhalar y exhalar por la nariz). Mientras lo haces, lleva toda tu atención a la zona del ombligo.

b) Sigue respirando por la nariz, pero ahora agudiza tu escucha hacia ti mismo, y toma consciencia de cualquier sensación que surja: a nivel físico (un picor, un temblor, un cosquilleo...), a nivel mental (pensamientos de lo que has hecho en el día de hoy, acerca de alguna preocupación que tengas...) y a nivel emocional (emoción de soledad, de incomprensión, de calma...). Como si atendieses a alguien externo o escuchases música, simplemente estate ahí, percibiéndote.   

 

woman in a red dress sleeping soundly on the back of a white bear in a winter landscape while a pink moon shines in the sky.

Pink Moon, by Jackie Morris

 

c) Posiblemente, ahora tu puntita del iceberg esté más tranquila tras haber respirado conscientemente y haber realizado una escucha superficial. Es el momento de permitir que salgan a flote partes de ti que han estado desatendidas a lo largo del día,  las que viven continuamente bajo la superficie del océano, las que se revuelven en la noche y no nos permiten conciliar el sueño.  Pon toda tu intención en “sintonizar” con éste, tu mundo interior. Llegará un instante en el que lo sientas más cerca de ti. En ese momento puedes comenzar a entablar un diálogo interior, como con un niño del que quieres hacerte amigo. Puedes comenzar diciendo lenta e interiormente: “sé que vives en mí, te escucho y te respeto, sé que formas parte de mi ser, estamos juntos en esto y te voy a ayudar”. Abandónate a la escucha. Sé lento y comprensivo contigo mismo.

 

 

woman sleeping with great white bear and sleeping white hare, three goldfinches, two bullfinch, two wrens and a chaffinch

The Guardians (with songbirds), by Jackie Morris

 

Tras estos momentos, puede surgir algo o puede que no surja nada, pero estarás más relajado. Si algo se manifiesta, no te asustes. Puede que emanen lágrimas, sensaciones internas displicentes o, quién sabe, repentinamente, una emoción de total entendimiento y congruencia. Sea lo que sea, recíbelo abiertamente, como un regalo, pues eres tú mismo; una parte de ti que está deseando ser vista, reconocida, aceptada y querida. Quizá, desde este rendimiento activo de dejarte sentir comiencen a pasar cosas nuevas en tu vida y pequeños cambios que darán lugar al nacimiento de un nuevo ser, más integrado, más feliz, más descansado.

Que duermas plácidamente.

 

 

 

 

 

¿Quieres recibir periódicamente novedades, herramientas e ideas útiles para ayudar a otros

y a ti mismo a crecer día a día?
Suscríbete al newsletter de "El Árbol Despierto",
haciendo click en el siguiente enlace y rellenando los campos de "suscríbete" con tus datos:

https://elarboldespierto.webnode.es/