En uno de mis posts anteriores (puedes leerlo haciendo click aquí) recordé lo importante que es desarrollar la gratitud. Dedicar unos instantes antes de dormir a agradecer cada una de las habilidades, personas, situaciones, talentos, acciones, alimentos, relaciones... que tenemos y vivimos a diario puede ayudarnos a descansar mejor, puesto que estamos reconociendo los enormes regalos que la vida nos aporta y ese reconocimiento al Universo, a Dios, a la Fuerza Creadora le hace feliz.

Es obvio que nos resultará más fácil sentirnos agradecidos por nuestros logros y vivencias positivas, pero sin embargo, cuando fallamos en algo o nos encontramos con una situación difícil, con un obstáculo, con una incomodidad, con un dolor o también cuando sentimos que alguien nos ha tratado mal es buena oportunidad para agradecer. Podemos y debemos aprender a ver las "pepitas de oro" que hay detrás de  cada uno de nuestros problemas.

Desde luego, nadie dijo que fuese una tarea fácil, pero estoy segura de que uno de los grandes propósitos por los que estamos en el Mundo es para intentar pulir y mejorar en estos aspectos tan esenciales de nuestro Ser.  Seguramente, si le preguntamos a alguien mayor o en sus últimos años de vida qué cosas merecen realmente la pena de su vida, no serán sus posesiones o la próspera cuena bancaria sino las habilidades obtenidas tras las muchas experiencias vividas  (bonitas y también dolorosas). Por eso creo que aprender a ver la luz al otro lado de las penumbras y, por lo tanto, agradecer éstas últimas, es una de las grandes gracias a desarrollar que nos convierte segurísimo en seres más felices.

 

Observa la siguiente imagen:

Estás haciendo un dibujo abstracto y de repente ¡plum!, gotas de pintura amarilla que caen por error sobre el papel. ¿Arrugas y rompes el papel, creyendo y diciéndote a tí mismo que eres torpe, que no vales para el trabajo manual? ¿O aprovechas la oportunidad para crear sobre el "error" algo nuevo?

Linda Macaulay tenía claro que usaría esas manchas de pintura "problemáticas" para inspirarse y terminar realizando unas preciosas flores.

Para hacer la siguiente ilustración, Javier Zabala se valió igualmente de un desprevenido manchón negro sobre el papel para dar vida a este asombroso y fresco gato con botas.

Y aunque menos evidente, fíjate cómo Pablo Auladell aprovechó un borrón azul en la página para crear sobre él un rostro que, si no llega a ser por el "error", no resultaría tan enigmático y especial.

Fuera de los artistas plásticos, auténticos profesionales en integrar los descuidos en sus obras, existen personas como Nick Vujicic, que lo tuvieron claro desde el principio, pues éste nació sin piernas y sin brazos. ¡Increíble, no? Pues, lejos de quedarse en casa quejándose y maldiciendo al mundo por su situación, ha aprovechado ese gran handicap para crecer como persona y dar conferencias inspirando a muchísimas personas. Su lema: "No arms, No legs, No worries" ("Sin brazos, sin piernas, sin preocupaciones"). Aquí puedes escucharle.

Muchas veces, no somos capaces de ver "bueno" algo aparentemente "malo", pues es quizá con el tiempo y con perspectiva cuando eres capaz de agradecer aquéllo tan desagradable que te ocurrió, pues te ha traído a dónde estás, te ha ayudado a ser quién eres ahora.

Un primer desamor te abrió puertas para conocer al que hoy es tu compañero o compañera, un atasco puede ser una oportunidad formidable para encender la radio y descubrir un programa maravilloso que nunca antes habías escuchado por ir a 100/hora por la carretera hacia al trabajo, un guiso quemado te puede invitar a probar ese restaurante de comida casera que hay bajo tu casa, un semáforo en rojo puede ser una experiencia única para sentir tu cuerpo, recolocar tu postura, respirar conscientemente, y si se te derrama la leche al suelo es una gran ocasión para comenzar a desarrollar la sutileza o aprender a ser más delicado...incluso la muerte de un ser querido puede resultar el reencuentro con tu fé o el inicio de un amor por la vida más profundo y consciente. 

Todo, absolutamente todo lo que te ocurre y todas las personas que aparecen en tu vida (incluído tu jefe o ese cuñado pesado o el vecino ruidoso...)  están ahí para enseñarte algo útil e importante. Está en tí y en todos la capacidad para verlo desde esta perspectiva, comprender cuál es la enseñanza que hay detrás y agradecerlo siempre.

Haz la prueba, como un juego. En los próximos días o durante unas cuantas semanas, cada vez que estés preocupado o tengas algún problema, pregúntate: