LA GARGANTA: lo que decimos y dejamos de decir
El músico o cantante la atiende, la cuida, la protege, pues a través de ella su voz emerge. Sin embargo, aunque no te dediques a cantar, debes saber que para muchos la garganta también es una zona del cuerpo donde se concentra una energía especial, un vehículo de comunicación entre el corazón y la cabeza.
Según varias tradiciones ancestrales, en ella está situado el quinto chakra o punto energético perteneciente a nuestro cuerpo astral o espiritual. Le llaman “Vishudda”, se encuentra sobre la laringe y está muy relacionado con las funciones de la glándula tiroides, además de estar ligado a la encía, boca y vértebras cervicales.
Retrato de Jeanne Hébuterne, by Amedeo Modigliani
Así, la garganta para mí está totalmente asociada a la capacidad comunicativa (tanto verbal como intuitiva o telepática), a la expresión de nuestra verdad interior, a la voluntad para avanzar, realizar, crear... y a la independencia (para sentir, decir y hacer). De hecho, cuando sentimos la garganta abierta y liberada no nos da miedo abrir la boca para mostrar nuestra opinión, respiramos con fluidez y posiblemente nos movemos por la vida con paso firme, sin miedo al qué dirán. Si esta “rueda” o chakra funciona en equilibrio emprenderemos proyectos o haremos un trabajo manual sin temor a fallar, pues si eso ocurre, también tendremos la confianza y coraje suficientes para reírnos de nosotros mismos, levantarnos y caminar hacia delante mejorando en lo que haga falta.
No obstante, el desequilibrio en este chakra por inactividad o poco estímulo puede provocar rigidez en el cuello y hombros, chirrido en los dientes, molestias en la mandíbula y encía, enfermedades de garganta, una glándula tiroides poco activa...todo esto debido, por ejemplo, al miedo a hablar o a un sentimiento de cólera o culpabilidad reprimido. Por el contrario, el abuso o excesivo funcionamiento de “Vishudda” puede deberse a hablar demasiado o a una dificultad para escuchar a los demás, y puede acarrear problemas de oído, tartamudeo y una tiroides demasiado activa.
De esta forma, si sufres dolor de garganta repetidamente o es común en ti tener tapones en los oídos, entre otras dolencias o molestias frecuentes, puedes acordarte de las características que acompañan a “Vishudda” y te puede venir bien practicar cualquiera o varios de los siguientes ejercicios para estimular el quinto chakra:
- Te propongo leer poesía en voz alta, cantar en alto alguna de tus canciones favoritas y/o irte al campo a gritar (si es que no tienes muros y ventanas insonorizadas en tu casa).
- También, pronunciar cualquier “mantra” o palabra repetidamente (“Om” , “Ham”...) puede hacerte más consciente de las vibraciones que desencadena en tu cuerpo físico y, a partir de ahí, puedes jugar variando su volumen, entonación y pausas.
- Asimismo, respirar (sobre todo inhalando por la nariz y exhalando por la boca) con la intención de soltar molestias, bloqueos y pensamientos perturbadores junto con el aire, puede convertirse en una de las mejores formas de sanar tu interior y estimular los órganos asociados al quinto chakra.
- Por otro lado, bailar, soltar las extremidades, hacer actividades manuales o escribir (poesías o un diario, por ejemplo) pueden ayudarte a expresar tu “voz” interior sin necesidad de hablar y a perder el miedo a errar o equivocarse, que en tantas ocasiones nos paraliza y oprime.
- También, hacer cualquier movimiento para soltar la boca, la mandíbula y los ojos.
- Por último, beber mucho agua ayudará a purificar esta zona.
Para concluir, y a pesar de que las prácticas anteriores te ayudarán muchísimo a tener un quinto chakra equilibrado, el trabajo complementario más importante que puedes hacer para ganar congruencia en tu vida y “limpiar” Vishudda (tanto a nivel físico como emocional) consiste en preguntarte:
- ¿Llevo tiempo pensando o sintiendo algo que me gustaría expresar y no lo he dicho?
- ¿Atiendo demasiado a las opiniones y consejos de los demás, olvidándome de escuchar "mi propia voz"?
- ¿Estoy hablando demasiado y me siento cansado/a por ello?
- ¿He metido la pata al hablar de algo que no me incumbe?
- ¿Siento que debí pedir perdón y no lo he hecho?
- ¿Cuándo fue la última vez que conecté con el silencio y me sentí cómodo/a?
- ¿Qué tengo miedo a decir, a hacer, a crear en mi vida? Y ¿ qué pasaría si lo hiciese?
- ¿Y si contacto con esa persona y le comunico lo que llevo tiempo deseando decirle?
- ¿No digo algo por miedo a lo que piensen los otros de mí? ¿Qué sería lo peor que pasaría si lo dijese?
Finalmente, a través de estas prácticas conseguirás un nivel de consciencia más elevado y crearás en tu garganta un espacio libre de miedos, un bosque elocuente y selecto capaz de conectarse con la vibración universal de todos los seres.
Cuadro realizado por Irene León
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